Pudiera
decir que soy una mujer con suerte pero la verdad es que he alcanzado mis
objetivos trabajando duro desde que tengo 16 años, súmale un poquito más del
doble, y completamos mis años de vida a la fecha. Siempre quise estudiar en los
Estados Unidos, mi sueño, a los 15, era ser seleccionada en un programa de
intercambio para aprender inglés, conocer la cultura y vivir la experiencia.
Nunca lo logré. No me pude venir de intercambio pero sí decidí que trabajaría
para lograrlo.
Nací orgullosamente en Venezuela, me crié como toda una caraqueña, citadina cien por ciento. Competitiva, sí, no lo puedo negar pero también muy justa. Algo que creo me faltó aprender mientras viví en mi país fue ser más humilde, servir a mi comunidad y ayudar a los más necesitados. Ahora valoro enormemente la capacidad de dar sin esperar nada a cambio, lo importante que es la diversidad y sentirse incluído, así como reconocer tus talentos y valores, no por como luces por fuera si no por lo que llevas por dentro.
Siempre
quise ser narradora de noticias. Una de las cosas que aprendí, cuando quise ir
a la universidad fue que mientras vas a la escuela hay que ser disciplinado,
estudiar mucho e ir un poco mas allá para sobresalir. Fui una estudiante
promedio. Mis notas no me ayudaron para entrar la la universidad la primera vez
que lo intenté. Tuve que estudiar Mercadotecnia y Estudios Internacionales
antes de lograr mi primer objetivo en la vida, graduarme como Comunicadora
Social. Sí, al final, me aceptaron en la facultad de Comunicaciones -esta vez
no fui una estudiante promedio-, me esforcé y me gradué en 1.999, con muy
buenas notas.
Trabajé
mientras estudiaba. Al principio estudiaba en las mañanas y trabajaba por las
tardes. Algunos fines de semana y feriados. Mi madre me buscaba al trabajo
hasta que me compré mi primer carro. Fue a los 22, cambié mi turno de trabajo e
iba a clases por las noches. Trabajaba en Telecomunicaciones, empecé atendiendo
teléfonos y terminé en mi área de estudios: comunicaciones, investigación de
mercado y relaciones institucionales. No recuerdo cuando pero cambié mi enfoque
de ser periodista para dedicarme a trabajar en el mundo de las comunicaciones
corporativas. Suele ocurrir, es parte de tu desarrollo profesional. Es parte de
la vida, buscas las oportunidades y te ajustas al momento para seguir
superándote. La suerte no es tu protagonista, si no el tamaño de tu empeño y
los líderes con quienes te rodeas.

Trabajé
con gente bella, diversa, y llena de intensidad. Después de 10 años, decidir
soñar en grande, volver al mundo corporativo pero unir mi experiencia en
Comunicaciones con Educación y me sumergí en el mundo minorista, trabajando
para un comercio nacional con oficinas corporativa en Minneapolis. Le cambié el
mundo a mis hijos y mi esposo. No fue fácil. No ha sido fácil y continúo
buscando mi crecimiento, ha sido lento pero muy productivo. No importa dónde ni
en qué inviertes tu tiempo para desarrollarte, no es tiempo perdido, los frutos
de tu esfuerzo siempre tendrán un buen resultado.
Hace
unos cuatro meses, me hice Ciudadana Americana. Un honor muy grande. He
sacrificado mucho, incluyendo algunas ilusiones de mi familia con la esperanza
de dar ese gran paso para solidificar mi estabilidad profesional, garantizarle
la educación a mis hijos y ser feliz. He sido valiente. A veces, me ha dado
resultados, ha veces me han pisado, al final estoy donde estoy por mérito
propio, de eso sí estoy segura. Aunque con el tiempo he tenido que dedicarme a
otras cosas, nunca he dejado de ser positiva y seguir luchando.
He
ayudado a otros, he servido de apoyo y hasta de modelo a seguir. Tengo un nuevo
sueño entre cejas, uno hermoso, por el que lucharé con todas mis fuerzas. No
pienso mudarme, he aprendido a que la estabilidad de mi familia también influye
en el éxito y la armonía laboral. Mi vida apenas empieza. Hay que recordar lo
vivido y olvidar lo que ha dolido. Seguir para adelante, siempre dar más de lo
que esperan de ti, arriesgar un poco y nunca rendirse.
El
éxito no llega por casualidad, no es cuestión de suerte, hay que enfocarse,
medir muy bien tus metas, trabajar por ellas, ser positivo, y entusiasta;
el resto, llega por añadidura.